Del cuaderno.
24 de marzo de 2023.
Hoy por la mañana he estado enfermo. Y ayer. Y anteayer. Este tipo de cosas solían llevarme a la desesperación y causarme mucho estrés. Ya no.
¿Por qué? Muy simple. Porque ahora practico un principio del estoicismo que encuentro muy importante: aceptar la realidad. Aceptar que sobre la mayoría de las cosas no tenemos control o influencia.
Tampoco ayuda dar vueltas al pasado, que es ya inevitable. A la vez es inexcusable no aprender de él.
Profundizando.
Hay cosas que podemos controlar (nuestra dieta), cosas que podemos influenciar (construir un negocio exitoso) y cosas sobre las que no podemos hacer absolutamente nada (que hoy vaya a llover). Las dos primeras necesitan disciplina y coraje para cambiar la realidad. La tercera necesita aceptación y paciencia.
Viene aquí a colación la oración de la serenidad que pide valentía para cambiar lo que podemos cambiar, serenidad para aceptar lo que no podemos cambiar y sabiduría para distinguir unas cosas de las otras.
De algún modo nuestra psicología tiende a dar vueltas al pasado que, por definición, es ya inevitable. El complejo de culpa, por ejemplo, puede corroer a una persona. ¡En ocasiones por hechos de los que la persona no tiene la culpa en absoluto! Un accidente pongo por caso. Pero es que aunque seamos causantes de desgracias, una vez pasadas éstas no tienen arreglo. En estos casos en que hemos obrado mal (nos hemos equivocado) la aceptación debe ir acompañada del aprendizaje.
Por ejemplo, una persona cercana tuvo hace tiempo un accidente de automóvil. Iba solo y había bebido. Afortunadamente no hubo heridos. La policía lo retuvo y la cosa terminó en una suspensión del permiso de conducir, una multa y unos cursos. Y tengo que decir que la reacción de esta persona fue ejemplar. Aprendió su lección y tiene tolerancia cero hacia el alcohol al volante.
Relación con el ahorro y la inversión.
Escuché en una ocasión que el mercado es un gran humillador. No tenemos control alguno sobre él con lo cual los precios diarios hay que aceptarlos. Y hay que aceptarlos con cabeza fría, manteniendo bajo control nuestras emociones. Controlar nuestras propias emociones sí que es algo que está en nuestra mano.
Imaginemos que consultamos las noticias económicas y justo hoy las bolsas sufren una caída enorme. Puede que además haya lluvia y viento, que las desgracias nunca vienen solas. No podemos hacer nada para cambiar los precios. Tenemos que aceptarlos, sí o sí. Lo que no debemos hacer es caer en pánico y empezar a vender sin criterio. De hecho puede ser un buen momento para comprar, pero también es un error comprar sin haber hecho los deberes simplemente porque es “una oportunidad” sin más.
En otras palabras, tenemos que actuar de forma reflexiva. En momentos malos es cuando más necesitamos ser racionales. ¿Son nuestras tesis de inversión correctas? Raro seria que ayer lo fuesen y justamente hoy, porque lo dice Mr Market, no lo sean. ¿Necesito el dinero? Si la respuesta es no, vender no tiene mucho sentido. Si veo ocasión de comprar algo nuevo o más de algo que ya tengo: ¿Cuál es el objetivo? ¿Por qué el nuevo precio es una oportunidad? ¿Por qué antes de la bajada decidí no comprar y ahora pienso en hacerlo?
La recomendación de aprender del pasado es esencial en inversión. Es un camino que no termina nunca. Cuanto antes lo emprendamos, con espíritu crítico, aprovechando las experiencias propias y aprendiendo de los grandes inversores, muchísimo mejor.
Reflexión improvisada en audio: https://youtu.be/OPUC9MmI5tA