Reflexiones

Reflexión número 4: La muerte ¿el último tabú?

marzo 15, 2024

Del cuaderno.

25 de marzo de 2023.

Afortunadamente hoy en día se puede hablar abiertamente de casi todo. Pero la muerte es una rara excepción. Es una conversación que tratamos de evitar. Peor aún, es una realidad que ignoramos a pesar de saber que todos vamos a morir. Y eso tiene, o debería tener, consecuencias en la forma en la que vivimos.

El tiempo es precioso, el tiempo es limitado. Vivamos acorde a esa realidad.

Profundizando.

El Dalai Lama nos regala una excelente frase a este respecto: “La mayoría de los hombres viven como si nunca fuesen a morir y mueren como si nunca hubiesen vivido”.

La primera parte de la frase nos recuerda la temporalidad de la vida y la necesidad de aprovecharla. No sabemos el día ni la hora como dice la biblia. Una gran mayoría de personas prefiere no pensar mucho en esto, de ahí mi calificativo de lo relacionado con la muerte como un tabú. La segunda parte nos lleva a preguntarnos ¿vivir para qué? Es decir, ¿qué queremos dejar en el mundo cuando nos suceda lo inevitable? En este sentido nos conviene vivir una vida con propósito, vivida de acuerdo a nuestros valores. Encontrar estos valores y propósito se deja como ejercicio para el lector.

Podemos considerar la muerte pensando en las cosas de las que nos podríamos arrepentir cuando veamos que llega el momento. Habrá algunas muy personales, pero también otras que son muy comunes. La autora Bronnie Ware nos las cuenta en su libro “Los cinco mandamientos para tener una vida plena”. En este libro la autora nos cuenta las cinco cosas más comunes de las que enfermos terminales se arrepienten, según su experiencia de cuidadora.

Recuerdo la época en la que tomé una de las decisiones más importantes de mi vida. La decisión de emigrar (o no) de España a Inglaterra. Y entre muchas consideraciones me pregunté qué pensaría al respecto cuando tuviese 80 años. Me imaginé qué pasaría por mi cabeza de no dar el paso y creí que me hubiese quedado un mal sabor de boca (arrepentimiento) por no haberlo intentado. Yo creo que posiblemente nos arrepintamos más de las cosas que pensamos y no hacemos que de las cosas que hacemos, incluso aunque fracasemos.

Enlaza todo esto con la idea del “yo futuro”. O sea, imaginarnos a nosotros mismos dentro de bastante tiempo. ¿Qué cosas estoy haciendo que conducen a una mejor vida en el futuro? Aplicable a todos los ámbitos de la vida. Mi forma de alimentarme, ¿conducirá a que padezca ciertas enfermedades dentro de 30 años? Cosas así. Se trata de un experimento mental que nos puede ayudar mucho.

Relación con el ahorro y la inversión.

Para mí la palabra clave a este respecto es “equilibrio”. 

Hay personas que deciden vivir la vida al máximo porque al final nos moriremos, no sabemos cuándo, y por lo tanto el disfrute del presente es primordial. Este tipo de personas descuidan su futuro a costa del presente. Para ellas ahorrar e invertir tiene poco sentido. A los políticos les falta tiempo para explotar este modo de pensar proporcionando todo lo necesario para que no tengamos que preocuparnos: educación, sanidad, pensiones… Aclaro: para mi todas las personas merecen un respeto, de modo que no juzgo (aunque discrepe) a quién piensa de este modo.

Al otro lado del argumento están las personas que solo se preocupan por el futuro a expensas del presente. Cualquier gasto es excesivo porque el futuro es incierto. Todo ahorro es poco. Todo lo que se invierta es poco. En casos extremos este tipo de personas (bautizadas jocosamente como “lonchafinistas”) llegan a privarse de placeres muy razonables e incluso de necesidades básicas.

En mi humilde opinión hay que estar en el término medio en esta cuestión. Se dice que en el término medio está la virtud. Aquí también ayuda tener unos valores y un propósito en la vida. No dejar una imagen de alguien que nunca disfrutó de una vacación con la familia y que nunca compró un regalo a un hijo o nieto. Tampoco dejar un recuerdo de alguien que sólo pensaba en disfrutar y gastaba como que no hubiese un mañana. Creo que se entiende lo que quiero decir.

Me parece también saludable hablar de dinero en relación con la muerte. Planificar las herencias pongo por caso. Hacer saber a los descendientes sobre los recursos de los que disponemos para la vejez. Inculcar a las siguientes generaciones el hábito saludable de ahorrar e invertir.

Reflexión improvisada en audio: https://youtu.be/fhEY-dq8xlc 

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Juan Cogollos

Asesor de IMPASSIVE WEALTH FI y editor de impassivewealth.com

Juan Cogollos es licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Valladolid. Posee además las titulaciones  de Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo por OMMA, Professional Certificate in Management por la Open University y Asesor Financiero por Visualchart.


Profesionalmente se ha dedicado a la ingeniería del software y posteriormente a la inversión. Reside cerca de Oxford (Reino Unido) desde 1999. Dentro del mundo de la inversión le interesan especialmente la historia,
la psicología y la economía de la escuela austriaca, no necesariamente en ese orden. Considera esencial la divulgación de las ideas simples que pueden poner la inversión exitosa al alcance de todos.


“A mi modo de ver como científico e ingeniero, es razonable pensar que podemos aproximarnos a los mercados basándonos en reglas matemáticas. La economía y la inversión no son ciencias exactas como la física, pero obedecen a leyes cuya esencia puede capturarse en términos de probabilidad. Y a través de las probabilidades es posible crear algoritmos que inclinen la balanza de la rentabilidad a nuestro favor en el largo plazo”.

Está certificado como Asesor Financiero con título acreditado por la CNMV.

Desde octubre de 2020 es asesor del fondo de inversión IMPASSIVE WEALTH, FI.

Juan Manuel Rodríguez.

Director de inversiones y Gestor de IMPASSIVE WEALTH FI.

Juan Manuel Rodríguez reside en Madrid. Es arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Madrid (ETSAM). Posee el Certificado de Asesor Financiero con título acreditado por la CNMV y ha cursado el Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo impartido por OMMA y el Curso Monográfico sobre Gestión de Carteras de Inversión, Renta Variable y Renta Fija impartido por el CEF.


Profesionalmente se ha dedicado al Cálculo Estructural en el ámbito de la edificación y posteriormente a la inversión, siendo el autor del “algoritmo impasible” un método matemático de gestión de activos financieros, base de la gestión del fondo Impassive Wealth FI.


“El algoritmo impasible es un sistema de control de la liquidez, por tanto, es un mecanismo de control del riesgo en una inversión, está programado para comprar más barato y vender más caro que la posición promedio en un activo financiero, reduciendo significativamente la volatilidad del activo al que se aplica”.

Está certificado como Asesor Financiero con título acreditado por la CNMV.

Desde septiembre de 2018 es el gestor del fondo de inversión IMPASSIVE WEALTH, FI.