Decía un jefe mío, con el que todavía mantengo contacto, “si cuando seas mayor no quieres ser como yo: ¡lee!”. Siguiendo su consejo y el mío propio (leer más libros y menos periódicos) he terminado algunos libros recientemente y quiero compartir mis impresiones con vosotros. En este primer post voy a comentar un poco el libro de Howard Marks “Mastering the Market Cycle. Getting the Odds on your Side”, que se podría traducir por “Dominando el Ciclo del Mercado. Poniendo las Probabilidades a tu Favor”.
Como siempre, si puedo, intento leer el original. En este caso la versión en inglés. He buscado en Amazon y no he encontrado una versión en castellano.
Como su propio nombre indica el libro reflexiona sobre los Ciclos de Mercado, es decir, sobre las oscilaciones más o menos periódicas entre mercados eufóricos y deprimidos que vienen siendo la tónica durante tantos años, por no decir siglos. Dicho de otro modo, los mercados tienden a subir mucho más allá de lo razonable en ciertas épocas para luego caer (también más allá de lo razonable) en otras.
El libro analiza este fenómeno en profundidad. Según Marks, no existe un solo ciclo sino muchos, y estos muchos ciclos se superponen aunque no están necesariamente alineados en el tiempo. Me ha gustado mucho esta aproximación al fenómeno. O sea, mirar al mismo desde muchos puntos de vista distintos que estando relacionados, tienen sus diferencias. Que yo recuerde Marks habla del ciclo de crédito, del ciclo económico, del ciclo inmobiliario, el ciclo gubernamental, el ciclo en actitudes al riesgo,… Se podrían añadir más como un ciclo de materias primas, por ejemplo.
Todos los ciclos puestos en común dan lugar al Ciclo de Mercado. Marks repasa cada uno de ellos como una secuencia de hechos que se suceden para crear distintas fases. El hilo conductor de todos los ciclos es la actitud psicológica frente al riesgo. En las épocas eufóricas no hay precios demasiado caros y en las depresivas ningún precio es demasiado atractivo para compensar el riesgo. Marks nos recomienda tener presente siempre el binomio riesgo/precio a la hora de invertir. Paradójicamente, la relación precio-riesgo es mejor en épocas de crisis (cuando la mayoría vende) que en épocas de bonanza (cuando la mayoría compra). De ahí que una actitud “a la contra” (contrarian) pueda producir grandes beneficios.
Marks es muy honesto en cuanto a reconocer que los ciclos han existido y muy posiblemente se seguirán produciendo, pero que aprovecharse de ellos de forma simple y consistente es complicado. Sobre todo por el timing del mercado. Una época eufórica de precios crecientes puede seguir esa tendencia durante mucho tiempo y a fin de cuentas el tiempo es dinero. Estar en liquidez mientras el mercado sube supone también un enorme coste de oportunidad. Por ello, el autor considera el conocimiento del Ciclo de Mercado como una herramienta a la hora de informar las decisiones del buen inversor más que como una técnica infalible.
El lector puede encontrar el libro un poco repetitivo debido al análisis de lo que es un fenómeno con muchas características comunes desde tantos puntos de vista. Aun así, el libro es de gran valor al identificar en cada parte elementos característicos de ese ciclo. Por ejemplo, que el ciclo inmobiliario está íntimamente relacionado con el ciclo de crédito. Es decir, el mercado de inmuebles tiene como combustible esencial el crédito barato y abundante que es quizás la causa más importante de la evolución de los precios.
Howard Marks recurre a menudo a citas de sus legendarios memorándums. Estas cartas a los inversores de Oaktree, su empresa de inversión, se han publicado desde 1990 y como es lógico han tocado multitud de temas de economía e inversión. Es lógico por tanto que el autor recurra a citarlos cuando viene al caso. Los memorándums están disponibles gratuitamente aquí.
En resumen, un gran libro, imprescindible para los interesados en los ciclos. El que espere encontrar una varita mágica para hacerse rico se verá necesariamente decepcionado, lo cual habla mucho a favor del autor y de su honestidad intelectual. Al final el mundo de la inversión puede resultar simple pero nunca es fácil.
También de este autor: The Most Important Thing (Lo más Importante para Invertir con Sentido Común). Disponible en inglés y en castellano.