Dedicamos este post al concepto de dinero, una realidad muy poco entendida para la mayoría de las personas e incluso para algunos “expertos”. Conocer cómo funciona el dinero es en mi opinión imprescindible para tomar decisiones que afectan a las vidas de todos de una forma sustancial. Lo usamos a diario, intentamos ganarlo a diario y de él dependen nuestras vidas.
La existencia de dinero es fundamental para el funcionamiento de cualquier sociedad que podamos considerar medianamente desarrollada. Sin dinero los intercambios comerciales son imposibles, o como poco muy difíciles, ya que el trueque limita enormemente la posibilidad de comerciar. El dinero, siendo mayoritariamente aceptado como medio de pago, nos permite vender nuestros bienes o servicios (mayoritariamente nuestro trabajo) para adquirir con el mismo todo lo que necesitamos.
La elección de lo que es dinero es arbitraria y a lo largo de la historia se han usado muchas cosas diferentes: conchas de moluscos, ganado, dinero papel, oro, plata… El dinero tiene que cumplir unas ciertas condiciones pero por simplificar digamos que tiene que ser como mínimo medio de intercambio y almacén de valor. O sea, servir para hacer compraventas y para ahorrar.
El dinero moderno (dólar, libra, euro) se denomina “dinero fiat” y está respaldado lisa y llanamente por la confianza en los estados que lo emiten a través de los bancos centrales. También se dice que está respaldado por la deuda pública de los países. Hasta 1971 se usaba el patrón oro, de forma que había una convertibilidad fija del dólar americano en oro. De hecho para cantidades grandes podías llevar tu papel moneda y reclamar tu oro. Muchas otras divisas estaban ancladas al dólar, con lo cual de hecho se usaba el oro a nivel mundial.
Entonces, por un lado estamos obligados a usar el dinero que quiere el estado. Vamos a la tienda con Euros, no con una barrita de oro o ¡mucho menos con una vaca! Por otro lado, la moneda puede emitirse en cantidades casi ilimitadas, por ejemplo emitiendo deuda pública que el Banco Central paga con Euros de nueva emisión. Tanto la deuda como el dinero son “papeles”, es decir, no son activos reales. Con el dinero moderno estamos condenados, salvo excepciones, al fenómeno de la inflación. Y peor aún, estamos a merced de los caprichos del gobierno, como por ejemplo la cancelación de ciertos billetes que ha sucedido en India recientemente (http://www.abc.es/economia/abci-india-retira-sorpresa-billetes-500-y-1000-rupias-201611081930_noticia.html). La excusa para este tipo de medidas es siempre noble, pero elimina la libertad de los ciudadanos, causa trastornos y perdidas innecesarias y se hace siempre por sorpresa.
Bien, supongo que de lo anterior puede deducirse sin demasiado problema que el dinero moderno es una porquería. Pero es que no termina ahí la cosa. Los bancos comerciales se encargan de embarrar el dinero un poco más.
Los saldos que tenemos en cuentas bancarias también se usan como dinero. Se dicen que son sustitutos monetarios perfectos. Cuando pago con tarjeta, por transferencia bancaria o por cheque, lo que sucede es que una obligación de mi banco de pagarme dinero cuando se lo pida se transfiere al vendedor. O sea, el banco A tiene una promesa de pagarme “a la vista” (de inmediato con que yo se lo pida) 1000 Euros y al pagar a un vendedor, su banco B contrae esa misma promesa con él.
Podréis decirme que no hay problema. Yo “tenía” 1000 Euros en el banco A y ahora el vendedor tiene 1000 Euros en el banco B. El problema radica en que el verbo “tener” no es una descripción buena de esta realidad. Cuando yo deposito billetes en el banco, el banco no guarda ese dinero en previsión de que yo se lo pida, sin embargo se compromete a dármelo de inmediato sólo con solicitarlo. Lo que hace el banco es guardar un 2% o 3% (cambia con los países, pero es de ese orden) y el resto se lo presta a otras personas o entidades. Ese dinero prestado normalmente se deposita en otro banco, que a su vez puede guardar una reserva y prestar otro 97% o 98% a una tercera persona, y así sucesivamente. Si todos los depositantes acuden al banco a retirar su dinero ¡el banco no podría dar su dinero a todos ellos! Por eso (entre otras cosas) existe el Banco Central, para dar liquidez en caso de situaciones de este estilo. Restricciones en retirada de efectivo han ocurrido en muchos sitios, los más cercanos a nosotros Grecia y Chipre. Es una realidad que no debemos olvidar.
Cuando la moneda esta soportada por oro y/o plata y no por “humo” (confianza, deuda) los estados no pueden “expandir” artificialmente la oferta de dinero creando inflación. Poder reclamar oro a cambio de billetes actúa como freno a la irresponsabilidad de la expansión monetaria que tanto gusta a los gobernantes. El oro por ello (metal dinero) sigue siendo a día de hoy un “refugio” ante turbulencias financieras. Hay quien afirma que hay que tener hasta un 10% de los ahorros invertidos en oro como seguro ante problemas en el sistema monetario.
Las conclusiones para mí más importantes de este artículo son:
- El dinero moderno es de muy baja calidad. Cuanto menos confianza en el emisor, peor. No es lo mismo tener Bolívares venezolanos que dolares canadienses.
- El dinero en efectivo es mejor que el dinero electrónico o bancario. Motivo por el que no gusta a los gobiernos y se tiende a reprimir, por ejemplo limitando importe de transacciones en efectivo.
- No tenemos más remedio que usar este dinero basura que tiende a perder su valor. Por eso no es suficiente ahorrar y hay que invertir para por lo menos vencer a la inflación y conservar el capital.
- Las mejores inversiones son en activos reales: acciones, inmobiliario, metales preciosos… Porque el dinero está sujeto a los caprichos de gobiernos y bancos, pero un activo real siempre tendrá un valor se use el dinero que se use.
Me disculpo por no haber logrado ser breve. Espero que el artículo haya cubierto lo esencial de este tópico tan poco conocido por el público en general. Por favor, haced comentarios y contactar con cualquier duda. Tambien apreciamos los «me gusta» y que compartáis el artículo a través de las redes sociales.
Muchas gracias por vuestro tiempo.