Resulta francamente irritante escuchar una y otra vez expresiones como “jugar a la bolsa”, “especular en bolsa” o “la bolsa es un casino”. ¿Por qué han calado estas ideas (erróneas) en una proporción tan elevada de la población? ¿Por qué se siguen repitiendo y aceptando sin combatirlas por falsas y perniciosas para el progreso de la sociedad?
Curiosamente la bolsa y las acciones no son conceptos difíciles de entender. Al contrario. Son conceptos sencillísimos. El que los desconozca desde luego no tiene excusa o posiblemente es víctima de ideologías y medios de comunicación mediocres. Pero vayamos al grano:
- Una acción es una participación en una compañía (empresa). Es lisa y llanamente un derecho de propiedad sobre una parte de la misma. Dado que una empresa tiene por objetivo ser económicamente rentable, es decir, dar beneficios, al ser propietario tenemos derechos sobre dichos beneficios.
- Una bolsa es lisa y llanamente un mercado organizado en el que se intercambian acciones de empresas. Una bolsa da liquidez a las acciones (posibilidad de vender en cualquier momento) y permite establecer un precio de mercado de cada empresa.
- La cotización de un título de renta variable es simplemente el precio al que se ha intercambiado la última acción. Por ese motivo en el corto plazo el precio puede tener fuertes variaciones, por ejemplo si un propietario pone a la venta un paquete grande de acciones. El precio se rige por la oferta y demanda de títulos en cada momento.
- A largo plazo sin embargo, el precio de la acción “tiende” a ajustarse al valor económico de la empresa que representa. Las empresas que lo hacen bien suben y las que lo hacen mal bajan. En el caso extremo una empresa que quiebra llega a no valer nada y los accionistas pierden toda su inversión.
¿A que no era tan complicado?
Pero es que además el mercado de renta variable tiene una enorme cantidad de virtudes:
- Permite que un empresario con muy buenas ideas pero sin el capital necesario pueda montar su compañía financiándose a través de accionistas. El capital en acciones tiene la ventaja de no requerir el pago de intereses, que no dejan de ser un gasto para la empresa.
- Permite que un particular se asocie con los mejores empresarios arriesgando cantidades modestas de dinero. Gracias a la bolsa casi todo el mundo puede ser socio de genios como Bill Gates, Warren Buffett o Amancio Ortega.
- La bolsa hace que el capital se asigne de forma eficiente, dirigiéndose a aquellos proyectos más prometedores desde el punto de vista económico.
- La bolsa es un mecanismo que permite que un padre invierta en su jubilación financiando empresas que dan trabajo a sus hijos y nietos. Creo que en un país como España con incertidumbres sobre las pensiones y un índice de desempleo intolerable necesitamos más bolsa, no menos.
Comparando con la inversión favorita del español de a pie (el ladrillo), el mercado bursátil también tiene muchas ventajas:
- Requiere menores cantidades de dinero. Permite diversificar.
- Permite acceder al propio mercado inmobiliario a través de empresas y vehículos que operan con inmuebles: constructoras, inmobiliarias, gestores inmobiliarios, agentes…
- Tiene liquidez (aunque sea con pérdidas) en caso de necesidad urgente de dinero. Vender un piso toma su tiempo, especialmente si se insiste en un precio poco realista.
- Las acciones no tienen apenas gastos, los inmuebles si: seguros, mantenimiento, intereses de hipoteca, etc.
Las siguientes figuras son una breve demostración gráfica de que los precios no son casualidad. Las empresas buenas prosperan y las malas se marchitan. Los precios no son fruto del azar.
Cotización de Google desde su salida a bolsa.
Cotización de Nokia. Se aprecia el ascenso al liderazgo de su industria y el declive en la era del smartphone.
Y ya para concluir comentar que al igual que la democracia es el peor sistema político si se excluyen todos los demás (Winston Churchill), el capitalismo también es el peor sistema económico si se excluyen todos los demás. La agenda política de los anticapitalistas, sus medios de comunicación y ciertos grupos de interés han hecho que odiemos el sistema que nos hace progresar. El sistema que nos permite participar en la economía y tener voz todo el tiempo (no sólo cada equis años). Cada vez que compramos o invertimos estamos haciendo que nuestra opinión cuente. Cada día, todos los días.
La bolsa no es un juego de azar. Es un gran invento de progreso y bienestar que teniendo sus fallos nos permite a todos beneficiarnos de la prosperidad económica mundial.