- Invertir en todos los activos deseables disponibles.
- Diversificación dentro de los activos elegidos.
- Largo plazo. Hay que pensar en 10 años o más.
- Aislarse del ruido del mercado.
- Decisiones automatizadas.
- Protección del capital.
- Expectativa “satisfactoria” y realista de rentabilidad.
- El mejor momento para empezar es ahora.
- Basarse en certezas (precios) y no en conjeturas (predicciones).
- A menudo la mejor decisión es no hacer nada.