Del cuaderno.
22 de marzo de 2023.
Para alcanzar un objetivo es mejor no preocuparse demasiado por él. Hacer lo necesario y los resultados llegan solos.
Es como practicar tiro. La mirilla se mueve alrededor del objetivo y hay que empujar el gatillo con suavidad. La ansiedad nos bloquea. Ser agresivos (apretar el gatillo enérgicamente cuando la mirilla cruza el centro de la diana) desequilibra y hace que fallemos.
En varios deportes (tenis, golf) vale más maña que fuerza. Ejecutar con ritmo, técnica y articulaciones relajadas produce los mejores resultados.
Profundizando.
Se refiere esta reflexión a que debemos centrarnos en el proceso, es decir, en tener un método bien pensado y sistemático que aplicamos para conseguir nuestros objetivos. Un proceso adecuado, centrado en lo que podemos controlar o influenciar, que hemos creado en momentos de tranquilidad. Un buen proceso tiene que ser práctico y adecuado a nuestra personalidad.
El proceso no deja de ser un medio para alcanzar unos fines que deseamos. Pensar más en el medio que en los fines ayuda a mantener la calma y a no desperdiciar nuestra atención con pensamientos que nos perjudican. Pensar en los fines nos puede generar nerviosismo y ansiedad que nos pueden impedir rendir al máximo de nuestro potencial. Por ejemplo, cuando tenemos un examen el objetivo es sacar una cierta nota en una asignatura. El proceso es claro, estudiar, prepararse, leer, llegar a la prueba con una preparación idónea. Y el día del examen ser consciente de que se han puesto las bases para que todo salga bien.
En este sentido los deportes son una gran metáfora. La mejor forma de ganar un campeonato, aunque parezca paradójico, es no pensar en el campeonato, sino centrarse en lo que debemos hacer en cada momento para tener el máximo de probabilidad de conseguirlo. En pretemporada el foco es prepararse físicamente para tener un buen rendimiento. Durante la temporada el foco es jugar cada uno de los partidos, sin mirar demasiado en la clasificación, y así sucesivamente. Que nuestra mente se centre más en lo que tenemos que hacer y menos en lo que queremos lograr. ¡Y nunca en lo que no podemos controlar!
Notar ya por último que los procesos están muy relacionados con los hábitos. En el caso del estudiante, pongo por caso, el hábito de estudiar todos los días casi sin excepción. También es importante mantener en mente que los procesos no son algo rígido que nunca debe cambiar. Al contrario, deben ser herramientas que evolucionan según vayamos aprendiendo.
Relación con el ahorro y la inversión.
Esta reflexión, en mi humilde opinión, es enormemente aplicable al ahorro y la inversión. Creo que los mejores resultados se obtienen pensando en un modo de invertir acorde con nuestra personalidad (tolerancia al riesgo) que luego se ejecuta de forma rutinaria. Pensar demasiado en un objetivo como llegar a este valor de la cartera a fin de año no ayuda.
Hay muchos estilos de inversión y cada uno tendrá su proceso adecuado para nosotros. Comprar acciones individuales y mirar su cotización 3 veces al día no ayuda. Hacer ahorro e inversión cada mes (posiblemente lo más adecuado para la mayoría) de forma automática y ver cómo va la cosa cada semana no ayuda. ¿Por qué? Primero porque en el corto plazo la información contiene mucho ruido que es irrelevante. En segundo lugar porque estar muy pendiente de “cómo va la cosa” es una oportunidad que damos a nuestros sesgos psicológicos de interferir en el proceso. Un buen proceso seguido por defecto debería ser el mejor antídoto contra sentimientos como la avaricia y el pánico. Por otra parte, si hacemos lo correcto y el mercado no ayuda, lo mejor es seguir haciendo lo correcto y esperar a que ayude en el largo plazo. Los mercados van a saltos y eso nos confunde, porque los árboles (lo inmediato) no nos dejan ver el bosque (lo que hay en el horizonte).
Las inversiones se parecen a conseguir un buen green de golf. Hay que poner una buena base que drene bien el agua, luego un suelo con la composición idónea en el que se planta una hierba de calidad y adecuada para las condiciones del campo. Hecho lo anterior simplemente hay que segar la hierba muy cortita cada día durante cuatrocientos años. Creo que esta historia (¿chiste?) procede de Escocia donde son muy aficionados al golf y muestra claramente el concepto de proceso. ¡Y el de largo plazo!
Reflexión improvisada en audio: https://youtu.be/deg18drmAb8