Del cuaderno.
27 de marzo de 2023.
La inversión tiene muchos aspectos muy relacionados con la vida que otras disciplinas nos permiten ignorar casi por completo. La aceptación de la realidad (el mercado), la existencia del riesgo (se materialice o no). La necesidad de aprender, casi a la fuerza, para simplemente seguir siendo inversor.
La inversión cultiva la paciencia, las convicciones cuando muchos opinan lo contrario que tú… Para ser buen inversor hay que mantener las emociones bajo control.
Profundizando.
Muchas veces en la vida nos podemos permitir no ser virtuosos e ignorar realidades sin sufrir de modo inmediato un castigo por ello. Campos donde se trabaja con lo cualitativo, donde no hay unas reglas fijas y definidas, donde no puede evaluarse el éxito de forma numérica, son campos abonados a no hacer las cosas bien y que no pase “nada”.
La economía está llena de ejemplos. Las decisiones de los gobiernos, pongo por caso. Si se pueden buscar excusas o es imposible saber lo que hubiese pasado de tomar otras decisiones, el campo está abonado para no hacer lo correcto. En dominios grises como estos siempre se puede vender un relato y manipular la opinión de otros. A nivel individual es fácil caer en la disonancia cognitiva y en las excusas que todos utilizamos (con nosotros mismos) para quitar hierro a nuestros errores. Si piensas que no reconoces de qué estoy hablando es justamente que eres víctima de ello.
Sin embargo hay otras facetas de la vida en las que es complicado esconderse o vender fracaso por éxito. El deporte es un buen ejemplo. Sobre todo deportes donde el factor suerte es menos prominente. Puedes cuidar el entrenamiento y la nutrición y no tener éxito, cierto. Pero si no los cuidas vas a cosechar fracasos seguro. Mi deporte favorito, el tenis, es brutalmente implacable en este sentido. Un torneo tiene varias rondas. Puedes pasar la primera por suerte, incluso también la segunda. Pero ganar 5 o 7 partidos seguidos sin estar en la forma casi óptima (psicológica, física y técnica) es prácticamente imposible. Eso para ganar un torneo. Para llegar a ser de los cinco mejores jugadores del ránking no digamos.
Relación con el ahorro y la inversión.
Parece absurdo hacer esta sección para una reflexión que tiene como punto de partida la inversión. Lo hacemos de todos modos porque hacer algo absurdo de vez en cuando es divertido y hasta saludable.
La inversión es implacable. Ganas o pierdes dinero y los precios de mercado son el juez insobornable que dicta sentencia sobre tus decisiones. Queda siempre el recurso a usar el tiempo a nuestro favor, es decir, podemos estar en -50% en una inversión hoy, pero si no necesitamos vender podemos aguantar o incluso invertir más si tenemos convicción en la idea. A la vez, comprometer más dinero en algo que puede fallar (que de momento ya está “fallando”) requiere una fortaleza enorme. Por este tipo de cosas se dice que la inversión es simple pero no sencilla.
En otras palabras, la inversión requiere muchas virtudes y al final siempre da un veredicto. Hay que ser calmado, disciplinado, racional, fuerte, impasible, inmune a trampas psicológicas, inmune a seguir a la mayoría… Estas virtudes y comportamientos no están al alcance de todos y son más importantes, en mi modesta opinión, que los conocimientos técnicos.
La inversión requiere, por otro lado, un aprendizaje continuo y práctico. Aprender con cada error, aprender con cada acierto. A veces hay “aciertos” que en realidad vienen de errores. Suceden cuando la diosa Fortuna viene a nuestro rescate. El acierto no es tanto el resultado final sino la toma de buenas decisiones. Este tipo de cosas confunden a mucha gente. Es muy difícil aprender en cabeza ajena o aprender con inversiones simuladas. Cuando te juegas realmente tu dinero, ahorrado con esfuerzo, la mente se focaliza muchísimo.
También se puede aprender mucho sin ser de forma práctica, con buenas lecturas o siguiendo a gente de nivel por internet. Este aprendizaje, no siendo tan intenso y beneficioso como el práctico, es casi gratis y de muy bajo riesgo. Sería muy necio no aprovecharse. Como fuente de ideas poderosas para nuestro proceso y como fuente de ideas concretas de inversión. En esta parcela hay que actuar con criterio y prudencia, filtrar la información, tener nuestra propia opinión. Es fácil caer en la trampa de hacer algo porque lo ha dicho un gurú. Nuestras circunstancias son diferentes y por otra parte los gurús también se equivocan. No lo olvidemos.
Personalmente admiro a las personas que reconocen “esto no es para mí” y se abstienen de ser inversores en acciones. Otra virtud: conocerse a sí mismo.
Reflexión improvisada en audio: https://youtu.be/FPecFRBfHj8
Conócete. Si quieres probar el coaching (financiero o de vida) escribe a: entos.coaching@gmail.com.